Educación 1.0, 2.0, 3.0 y lo que vendrá
La principal conclusión del estudio es que utilizar el ordenador en la escuela no implica automáticamente que los alumnos logren ser más competentes. En España, uno de cada veinte no fue capaz siquiera de navegar para hallar la información necesaria, y quienes sí navegaron se perdieron en la red más a menudo que los alumnos de otros países.
Al mismo tiempo, la OCDE destaca que España ha invertido mucho en la compra de equipamiento y que en 2012 los colegios tenían casi un ordenador para cada dos alumnos de 15 años. Además, los estudiantes españoles dedican más tiempo a navegar en internet que la media de los países de la OCDE.
¿Entonces qué ocurre? ¿No deberían permitir los nuevos medios técnicos favorecer que los estudiantes obtuvieran mejores resultados y a la postre más conocimiento?
Parece claro que, como en el resto de aspectos de la vida, se ha de tener una visión global en la que, para alcanzar un objetivo concreto, se ha de avanzar por muchos frentes. No es solamente necesaria la inclusión de equipos informáticos. Hay que ampliar el espectro: formar a los formadores como premisa fundamental pero también suministrar herramientas a los alumnos, enseñarles a analizar, investigar, razonar e interpretar el ingente conocimiento que se abre delante de ellos con el claro objetivo de ser más eficientes en el aprendizaje con nuevas tecnologías.